miércoles, 9 de octubre de 2013

La del toro, la de la feria

La del toro, la de la feria
(Publicada por la peña de la Universidad Nacional de Colombia 1964)

JORGE ARTURO DIAZ REYES

Cali, 30 de diciembre de 1963.Quinta de feria. Sol, Lleno. Toros de Las Mercedes, en tipo Santacoloma, encastados y nobles. Manolo Zúñiga, oreja. Diego Puerta,  palmas. Paco camino, dos orejas y rabo. El Viti, dos orejas y rabo.  El Cordobés, oreja. El Caracol, dos orejas y rabo. 

Ocho orejas, tres rabos y todos los toros ovacionados. No venía bien la feria pese al esperado debut del Cordobés,ayer, y los lujosos carteles, excepto claro, por los "Fuentelapeña" que el día de inocentes habían dado gran juego, y ya cerca del fin nadie esperaba que rompiera esta tarde con "la corrida del toro" un invento, aseguran, de don Domingo Dominguín, según el cual los matadores, en favor del empresario, no cobran. "Como no cobran no arriesgan, y como no arriesgan sale mala" decían muchos abonados que acostumbraban regalar esta boleta a los allegados que no asistían a las otras y con esta única entrada podían ver casi todos los toreros. Pero lo que son las cosas...

MANOLO ZUÑIGA el curtido torero caleño, enfrentó al primero, que se lo quería comer vivo, con una brega decimonónica finiquitada por un estocadón de macho que le valió una oreja; los esteticitas, inconsolables, hacían pucheros.
 
El sevillano DIEGO PUERTA, "Don Valor" como lo apodan, superado por el segundo, no justificó su mote, pasó en blanco. Parecía el anticipo del desgano con que las demás figuras españolas sobreaguarían el compromiso. Hasta aquí, la corrida no pintaba bien.
 
EL VITI, solo corazón arriba, con su rostro inexpresivo y su tauromaquia  manoletista le impone al bravo tercero un faena sobria, seca, casi lúgubre, en la cual no sobra ni falta nada, como si dictara un curso de postgrado para taurinos doctos, lo único que derrocha es ortodoxia y majestad, hasta los iconoclastas de Sol General, temerosos de hacer bulla, contemplamos reverentes, al rey del volapie, matar recibiendo. Las dos orejas y el rabo.
 
Yo no sé si PACO CAMINO tuvo la suerte de toparse a "Sangre Azul" o fué al revés, pero lo que si sabemos, los que estuvimos esta tarde en Cañaveralejo, es que la conjunción de los dos produjo uno de esos momentos mágicos del toreo. La casta y nobleza del toro se volvieron poesía en el capote del Niño Sabio y dejaron regusto de uvas en el temple de su muleta. La estocada, caminera. Las dos orejas y el rabo fueron el premio justo para esa faena que conmovedora.

EL CORDOBES, desparpajado, con esa sensación que transmite, de que puede con todo pero nada le importa y menos que nada la muerte, repetidamente cita al quinto de largo y se complace en esperarlo impávido. Una y otra vez lo recibe, así, al galope, sin moverse, indiferente, sembrado, pero mandando con su muñeca poderosa. Cuando se aburre de asustar se pone a hacer reir, saltos, boxeo, escandalo. Todos, al contrario que con El Viti, perdimos los estribos y secundamos sus locuras. No mata como mataba, por eso y porque los presidentes son conservadores, solo recibe una oreja.
 
EL CARACOL, gitano de alegre valor se metió al público en el bolsillo; cuando ya no se podía pedir más, cuando la plaza era una fiesta, frente al bravío sexto, desata el delirio. Con la capa desenterró al "Gallo" y con la muleta a "Joselito" pero los desplantes fueron de Arruza, en todo el centro, ví, por primera y seguro, por última vez, "El teléfono" (nombre feo) ejecutado sin chabacanería. Estoconazo. Dos orejas y rabo.

Ganadero y toreros a hombros para el recuerdo en una de las tardes más apoteósicas de las siete ferias que lleva ya la joven Cañaveralejo.

Jorge Arturo Díaz Reyes, Cali, 31 XII 1963

1 comentario:

  1. !! que maravilla de cronicas, esta página del Dr Jorge Arturo, lo ubica a uno en el tiempo y lo pone a vivir del recuerdo. Fuerte abrazo: Rodrigo González Caicedo

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